Emilio Ontiveros, un economista sabio y sobrio
Fuente: El País | 02/08/2022
Hablaba no solo de lo que investigaba, sino también con el conocimiento de causa de quien lo ha experimentado en jornadas laborales convencionales
Acaba de dejarnos Emilio Ontiveros Baeza (Ciudad Real, 1948), el economista que tanto ayudó a tantos a entender los dilemas que esconden los números. Se ha ido como lo hacen los grandes. Tal como vino y tal como ha vivido. Con sobriedad. Con elegancia. Con un deje de ironía apuntando debajo del espeso bigote. Hasta el penúltimo minuto apurando el dolor de un cáncer insidioso. Le robaba —”de pie, de pie trabajo mejor”— al tiempo que se le terminaba, para un artículo, una grabación, unas notas. Sin rendirse. Sin disimular los dolores, pero dejándonos creer que creía que iba a recuperarse.
Muchos le conocen por sus artículos en EL PAIS, bien trabados desde una óptica keynesiana, curiosa, abierta a nuevas ideas y contrastes, a la vida que fluye. O por sus intervenciones rigurosas, precisas y comprensibles en la SER. Y en otros medios. Ontiveros siempre amó enseñar, y a fe que lo hizo muchos años en el consejo editorial de este diario, con sencillez a prueba de ráfagas de ingenio; con soltura siempre disponible a las horas más inhóspitas. Y en otros medios y papeles: como animador y director, entre 1983 y 2011 de Economistas, la revista del colegio de esa profesión en Madrid, en su etapa más innovadora, progresista y plural. Desde la Universidad (la Autónoma de Madrid, y otras como Harvard en calidad de profesor visitante) donde se desempeñó como catedrático de Economía de la Empresa. Una especie insólita, puesto que antes de la aventura académica trabajó durante siete años en distintas empresas industriales.