El Galbraith español y la civilización con memoria de pez
Fuente: juancarlocubeiro.com | 03/08/2022
De todos los artículos de ayer sobre el gran Emilio Ontiveros, que no fueron pocos, me quedo con el de Carlos Sánchez en El Confidencial, La luz fértil del Galbraith español. Parte de una frase suya de mediados de los 80, “cuando yo empecé la universidad todos queríamos ser economistas para cambiar el mundo, pero ahora cada vez más alumnos quieren estudiar empresariales”. Premonitoria. Algunos preferimos estudiar Ciencias Económicas (y no nos ha ido mal, modestamente, como consultores de transformación durante más de 35 años initerrupidos); mi hija también está en Economía, no en ADE, a dos años de hacer un posgrado de Políticas Públicas para hacer de este mundo un lugar mejor, con permiso de la autoridad y si el tiempo no lo impide. Así era el yuppismo de los 80, con las secuelas que seguimos arrastrando.
Emilio Ontiveros Baeza, para la eternidad “el profesor Ontiveros”, no sólo daba unas clases fabulosas en la Universidad Autónoma de Madrid, que han inspirado a generaciones de economistas, sino que fundó AFI (Analistas Financieros Internaacionales) en 1987, después de haber sido Vicerrector con Raúl Villar de 1982 a 1986. Ahí es nada, un catedrático jugándosela como empresario. Porque creía en el valor de la economía (la ciencia del valor, precisamente). 35 años después, AFI cuenta con unos 120 profesionales y factura unos 13 millones de euros con un margen superior al 10%. Ahora que hablamos tanto de “aprendibilidad” (learnability), AFI se ha distinguido siempre por el paso de la formación continua como ventaja competitiva de sus analistas. Nada es más rentable que la educación.