
Mercado de trabajo y productividad en la era de la inteligencia artificial
La IA, especialmente los modelos generativos, desplaza la automatización hacia tareas cognitivas, afectando a perfiles cualificados que antes parecían menos vulnerables. Esta disrupción no implica aún una destrucción masiva de empleo, sino una transición marcada por la recomposición funcional y la reasignación hacia ocupaciones menos automatizables.
El artículo destaca la coexistencia de dos fuerzas: el efecto sustitución, que reduce tareas humanas, y el efecto complementariedad, que amplía capacidades y mejora la eficiencia.
A nivel macroeconómico, la IA promete impulsar la productividad y el PIB potencial, con estimaciones internacionales que apuntan a incrementos acumulados de hasta 1,1 puntos porcentuales en cinco años.
Pero los autores advierten que estas ganancias no se distribuirán de forma homogénea: la concentración de beneficios en empresas y territorios con mayor capacidad tecnológica puede ampliar desigualdades salariales y territoriales, generando tensiones sociales y riesgos para la cohesión democrática.
En definitiva, la IA no es solo una herramienta de eficiencia, sino un cambio estructural que exige políticas inclusivas y estrategias de formación para convertirla en motor de crecimiento sostenido y cohesión social.
Un análisis de José Manuel Amor, Camila Figueroa, Marina García y María Romero.


